La tarea que tienen a cargo los monitoreadores del Programa de Fortalecimiento para la Prevención del HLB es fundamental. Se realiza en el marco del convenio firmado entre el Gobierno de Entre Ríos, la Federación del Citrus y la Asociación Citricultores de Concordia, como organizadora y ejecutora de este trabajo en las quintas, en coordinación con SENASA.
Ellos tienen la misión de “buscar” Diaphorina y material vegetal sospechoso, lo cual se constituye en la importante labor de recoger los elementos que probarán la existencia, o no, de la peor enfermedad de los cítricos en un lote determinado y, así, tomar de manera urgente las medidas necesarias para prevenir la expansión de la bacteria en el área cercana al árbol supuestamente enfermo.
Mirta es una de ellas y hace tres años que realiza esta tarea que le gusta tanto por ser “no tradicional”, dice. Junto al equipo se dirige todas las mañanas, muy temprano, a las quintas pre seleccionadas para ser monitoreadas en el departamento de Federación o en Concordia. De mañana porque es el mejor momento para esta tarea que precisa de muchísima atención visual y concentración, ya que la Diaphorina es de un color de fácil camouflage.
Nos cuenta que cada monitoreador recorre alrededor de 5,5 has. cada mañana. Deben recoger más de una muestra del insecto por planta, además de hojas, tallos y frutos con las características específicas de la enfermedad.
“Es muy fuerte ver cuando una planta está tomada por el HLB y da tristeza; se visualiza fácilmente por el color y sus hojas superiores se erigen hacia arriba como buscando sobrevivir, buscando oxígeno. Sus frutos, realmente, se ven enfermos y secos. Es un verdadero “dragón amarillo” que invade la planta”, comenta.
Cada monitoreador tiene su equipo. Un GPS, un aspirador de Diaphorina, tubos de guardado para insectos y ninfas y alcohol al 70%.
Al visualizar el insecto se procede a aspirarlo y cae dentro del recipiente. Cuidan mucho de mantener este elemento en buenas condiciones de funcionamiento.
Luego se aspira algo de alcohol con el mismo aparato donde ya está el insecto y luego la Diaphorina muerta es extraída con un succionador e introducida en un tubo de guardado.
También se recolectan ninfas de la Diaphorina que están depositadas en las pequeñas ramas con hojas y que son guardadas en alcohol para su análisis en INTA Concordia.
La ninfa es de coloración variada que va desde el amarillo, naranja al marrón; cuerpo aplanado ovoide con ojos rojos y antenas negras y alas en desarrollo. Crece en cinco estadíos y mide de 0,25 a 1,7mm en su última fase.
6, 7 y 8 de diciembre. En la ex estación norte.
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